Changed on 14/04/2020
Julien Vandaële, investigador a cargo del laboratorio FIT IoT- Lab de Inria, visitó el país para trabajar en la implementación de un testbed en Inria Chile y para participar en el “Seminario/Workshop en investigación de IoT aplicada” realizado en la UC. La interconexión de las cosas más cotidianas hasta las más complejas es lo que está permitiendo la Internet de la Cosas (IoT). Pero para desarrollar las distintas funcionalidades que se esperan lograr es necesario probar los elementos que se comunicarán entre sí antes de llevarlos a la situación real.
La experiencia del mayor laboratorio europeo de Internet de las Cosas

Pensando en eso que Julien Vandaële, investigador del equipo FUN del Centro de Investigación Inria Lille- Nord Europe, lleva más de diez años dedicado a desarrollar y luego implementar un laboratorio que atienda esta necesidad. De visita en Chile para trabajar con el equipo de IoT de Inria Chile y para participar en el Seminario/Workshop en investigación de IoT aplicada –organizado por Inria Chile, Ingeniería Eléctrica UC y el Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional UC (IMC)­– habló sobre el FIT IoT- Lab.

FIT IoT- Lab nació en 2008 con fondos públicos franceses. Se trata, como su nombre lo indica, de un laboratorio donde múltiples nodos se interconectan según los requerimientos del proyecto que se está probando. Desde su nacimiento, el laboratorio ha crecido y hoy cuenta con siete sedes alrededor de Francia, donde tanto la academia como la empresa pueden hacer pruebas gratuitamente. El proyecto cuenta con 2.728 nodos repartidos entre los laboratorios.   Antes era necesario conectar nodo por nodo, darle las instrucciones sobre lo que se quería probar y esperar a que cada uno entregara los datos del proceso. Eso requería mucho tiempo por lo que no se podía escalar para lograr las pruebas necesarias para un proyecto real, cuenta Julien Vandaële. “Tenemos el testbed más grande de Europa, con 2.400 usuarios inscritos y 80 mil experimentos realizados”, agrega. Y los usuarios siguen aumentando exponencialmente.

“Para desarrollar un proyecto de IoT es necesario hacer muchas pruebas antes de llegar a la escala real del proyecto, y poder simular la interconexión de los nodos en las condiciones lo más cercanas a la realidad es fundamental”, explica. Por ejemplo, uno de los factores clave a probar es la vida de la batería de los dispositivos la que debiera durar entre 4 a 10 años. Este es el caso con la solución desarrollada por la empresa francesa Traxens para el monitoreo de containers a través del mundo, sin importar si están en medio del mar o en camino desde el puerto hasta su destino final. Ellos trabajaron con Inria Lille y el IoT-Lab para el desarrollo y prueba de su solución.   Aprovechando la experiencia del FIT IoT- Lab, Inria Chile le propuso a Julien Vandaële replicar el sistema en el país. “Esto no sólo implica el desafío de un nuevo proyecto, sino también el de actualizar el que tenemos. Creamos el laboratorio desde cero y el hardware que hoy estamos utilizando ya no se fabrica por lo que estamos buscando nuevas y mejores opciones”, cuenta.

“Para Inria Chile contar con un laboratorio de IoT implica no sólo tener una herramienta adicional para robustecer las aplicaciones Internet de las Cosas desarrolladas en el Centro, sino también contar con una plataforma puesta a disposición de la investigación y desarrollo chilenos”, dice Felipe Lalanne, ingeniero de IoT de Inria Chile.