Al encuentro asistió el ministro de Ciencia y Tecnología, Andrés Couve, quien felicitó el aporte que hace Inria Chile en nuestro país y destacó el impacto que tiene la inteligencia artificial en el medioambiente. También, estuvo presente en el side event la embajadora francesa para el Clima, Brigitte Collet, la cual enfatizó en la cooperación desinteresada de Francia a Chile, en particular la cooperación científica a través de una institución como Inria.
“La inteligencia artificial y los datos son un componente esencial para comprender nuestro medio ambiente, sobre todo en los casos en los que debemos predecir el resultado de sistemas complejos y dinámicos como los relacionados con el clima, los océanos, la biodiversidad, etc. Es importante porque acelera las estrategias de mitigación, adaptación e integración en áreas como energía renovable, industria, agricultura, gestión de desastres, entre otros”, explicó Nayat Sánchez-Pi
Un sistema de monitoreo de relaves mineros que permitirá conocer en línea el estado de estas piscinas de desechos para prevenir filtraciones o derrames, modelos complejos de inteligencia artificial para minimizar accidentes en minería como es el caso del proyecto con Sernageomin y modelos complejos híbridos de viento y olas para energía eólica offshore, son algunos de los desarrollos tecnológicos con los que Inria Chile está aportando a un desarrollo sostenible en nuestro país y que fueron presentados en este side event de COP25.
Además, los científicos invitados debatieron sobre Green AI o “inteligencia artificial verde”, que plantea el dilema de que la computación puede ayudarnos a reducir nuestra huella de carbono, pero a la vez también contamina en su desarrollo, porque son necesarios grandes recursos computacionales para entrenar estos modelos. Comentaron que se estima que para 2030, entre el 30 y el 50% de los recursos energéticos estén dedicados a los computadores. Plantearon, entonces, la necesidad de optimizar los procesos y utilizar métodos de aprendizaje por transferencia, entre otros, para reducir el impacto ecológico de la inteligencia artificial.